Viajando en pareja

Road trip en Western Australia, región de Kimberley

Road trip en Western Australia, región de Kimberley

Western Australia es el estado más grande del país, siendo casi la mitad de su superficie y por lo tanto necesitábamos bastante tiempo en nuestro Road Trip. Comenzamos por el norte ya que llegábamos desde Northern Territory, como os contábamos en nuestro post anterior. 

Mirando el mapa, se puede apreciar como el estado linda con Northern Territory y South Australia por una simple línea recta. La historia sobre esta frontera es bastante peculiar, aun así, para intentar hacerla breve y que se entienda, vamos a daros unas pocas fechas.

Norte de Western Australia

Abel Tasman, legendario navegador holandés, llegó a las costas occidentales del continente en 1644, nombrando así el area Hollandia Nova. Por lo tanto, dejó literalmente libre toda la parte oriental de la misma, que en 1788 fue nombrada Nueva Gales del Sur por parte de la Corona Británica (los colonos de su majestad Jorge III habían llegado a la Terra Australis definitivamente en 1768 al mando de James Cook, después de varios intentos fallidos a finales del siglo XVII). En aquel momento, los dos territorios estaban divididos por el meridiano 133. Varios años después, en 1825, Reino Unido consiguió ganar más terreno, llegando a marcar el paralelo 129 como frontera. Finalmente, los británicos se hicieron con el control de todo el país en 1827 y, de allí, las fronteras estatales del entero país han ido cambiando, pero la de Western Australia se ha mantenido intacta.

Siendo un estado enorme y separado por el resto de Australia por un simple meridiano y no por fronteras naturales como suele ser por las regiones o comunidades en nuestros países, ofrece paisajes y climas completamente diferentes de norte a sur, pero también de este a oeste.

Kimberley es una región muy grande del norte del estado y se extiende por 423.000 km cuadrados, es básicamente casi tan grande como toda España. Se caracteriza por sus paisajes interiores de color rojo, y sus increíbles acantilados y playas del mismo color. Entrando desde la frontera norte de Northern Territory, tuvimos que pasar un control de aduana por temas de cuarentena de fruta y verdura, ya que esta zona se está viendo afectada por parásitos que llevan frutas cultivadas en otras zonas del país, que están literalmente matando los cultivos del este de Kimberley. No llevábamos nada peligroso y en 5 minutos pudimos seguir hacia nuestra primera parada en el nuevo estado: Lake Argyle.

Lake Argyle y Bungle Bungles

El sitio fue espectacular, agua de color turquesa y vistas de las colinas alrededor y del río Ord muy bonitas. En Lake Argyle nos alojamos en un camping con infinity pool que obviamente pudimos disfrutar y sacarnos fotos de postureo (¿quién no lo haría?). El lago es utilizado como reserva de agua para las zonas norteñas del estado, ya que en invierno las precipitaciones son nulas y los granjeros necesitan agua durante todo el año. La labor de ingeniería que se ha desarrollado a lo largo del siglo pasado para llegar a lo que es ahora, es algo que deja bastante asombrado, ya que el nivel de lago puede subir de 105 metros adicionales cuando la presa está cerrada, además manteniendo el paisaje alrededor maravilloso al mismo tiempo.

Al día siguiente, hicimos una visita rápida al pueblo de Kununurra, aunque a parte de la subida al mirador del pueblo, no hay mucho más que ver. Rellenamos el tanque de gasolina y volvimos a conducir dirección sur.

Solo unos días antes, investigando sobre esa enorme región del país, habíamos descubierto un sitio que inmediatamente entró en nuestra lista obligatoria de visitas, Bungle Bungles. Siguiendo la carretera desde Kununurra, llegamos al atardecer al turn off que te lleva a este increíble paraje para pasar la noche en un camping gratuito y, la mañana siguiente, conducir hacia esta maravilla de la naturaleza. Lo increíble de este sitio, a parte de las vistas que ofrece, únicas en el mundo, es que se descubrió solamente en 1983 por un grupo de cineastas que estaban buscando nuevos escenarios para grabar una película. El monolito pertenece al parque nacional de Purnululu, así nombrado en 1987.

El camino para llegar al monolito es muy accidentado, ya que es toda carretera de tierra y rocas, y ha sido bautizada por parte de los viajeros como la peor de toda Australia, y desafortunadamente pudimos comprobar el por qué: son 65 km los que separan el comienzo del camino y los Bungle Bungles, y se tarda 3 horas y media, es decir, ya que se debe conducir a menos de 20 km por hora de media

Nuestro coche, que muy bien se había desempeñado en los más de 5000 km anteriores, no paraba de hacer ruidos desde sus suspensiones, y después de 1 hora de camino decidimos darnos la vuelta. La sensación es que se iba a romper algo en el medio del camino, además sin cobertura móvil y con pocos coches cruzándose con nosotros. En esta ocasión, la seguridad ganó a las ganas de ver a la perla de Purnululu, y por lo tanto volvimos hacia la carretera asfaltada y nos pusimos rumbo al oeste, para llegar al pueblo de Halls Creek. Se nos ha quedado una espinita clavada con esta historia, por lo que no tendremos más remedio que volver en unos años para visitarlo. Solo esperamos que siga siendo el paraje deshabitado que sigue siendo hoy.

Halls Creek es la siguiente población que te encuentras por el camino. Es un pueblo muy famoso por sus minas de oro, ya que fue uno de los primeros sitios del norte del país donde se empezó a buscar este mineral (1885), aunque la Gold Rush en este pueblo duró solamente 3 meses. Después, los buscadores del mineral se fueron rápidamente a otros lugares. El pueblo en sí mismo es bastante regular, pero ofrece también cascadas y piscinas naturales donde poder refrescarse y seguir en el viaje hacia el oeste de Kimberley. Las más famosas son la de Sawpit Gorge y la de Caroline Pool. Pequeño paréntesis sobre dichas cascadas: en septiembre ya no hay aguas en ellas ya que la temporada seca está en su máximo esplendor, pero si vais en abril, cuando la temporada de lluvia acaba de terminar y el río Ord está lleno y con fuerza, seguro que el paisaje es más prometedor y bonito.

También tenemos que comentar que es pueblo es famoso por la mala costumbre de sus habitantes de lanzar piedras a los coches; hasta hay carteles en los establecimientos avisando a los forasteros sobre el problema. Por lo tanto, mejor evitarlo si es posible.

Volviendo al viaje, el día no habia empezado bien en Bungle Bungles y, como se suele decir, llovió sobre mojado: tuvimos un pequeño percance en una gasolinera, ya que al hacer una maniobra, chocamos (aunque muy levemente) con nuestro portabici contra un poste; el resultado fue que la presión pudo con la luna trasera, rompiéndola. Un desastre. Son cosas que un viaje tan largo pueden pasar, diréis, pero digamos que de esta manera no estaba en nuestras previsiones. Decidimos, después de quitar los cristales de maletero, abandonar el pueblo y conducir 3 horas más, eso sí, sin luna trasera pero sí con una mega toalla de playa en su lugar. Sí, lamentable, pero muy efectivo.

Agotados por las emociones negativas del día, conseguimos llegar a un sitio mítico para los viajeros: Mueller’s Ranges. Es una zona enorme de camping gratuita donde muchísimas caravanas paran para pasar la noche. El área pertenece a un granjero, y por la mañana te puedes encontrar vacas paseando por la zona adyacente al camping o, como en nuestro caso, inclusive dentro. Obviamente son completamente inofensivas, por lo que no vais a correr ningún peligro.

Dejamos esta zona de descanso y nos dirigimos a Fitzroy Crossing. El pueblo debe su nombre al río Fitzroy que lo atraviesa, y básicamente se decidió fundarlo (en 1900) en esta zona de Kimberley ya que en los periodos secos de año, esta era la única zona donde se podía cruzar de un lado a otro dado su estrecho caudal. La visita fue rapidísima y continuamos el viaje dirección playa. Allí nos estaba esperando Broome (y una luna trasera nueva para nuestro coche).

Broome, la Perla de Kimberley

Es verdad que habíamos pasado por la región muy rápidamente a causa del percance del coche, pero por otro lado se suele decir que lo bonito se hace esperar, y así fue con la Perla de Kimberley, la pequeña ciudad de Broome. Y nunca mejor dicho sobre la perla, ya que en esta zona se cultivan estas preciosas joyas famosas en todo el mundo. Además, el pueblo ofrece mucho ambiente con sus pubs y restaurantes, playas blancas sin fin y hasta camellos, lo que convierten este destino en uno de los favoritos de los viajeros.

Con la “excusa” de esperar por la nueva luna trasera de nuestro coche, decidimos quedarnos 4 días en Broome. El plan fue muy sencillo: el primer día nos dimos un capricho una mañana para desayunar en Zookeepers donde, palabra de Marta, hemos podido disfrutar del mejor desayuno de Australia, para luego ir a la playa de Cable Beach, donde su arena blanca y su brisa fueron ingredientes perfectos para que las primeras 24 horas en Broome fueran relajantes. La tónica para el segundo día fue más o menos igual, aunque nuestros desayunos los tuvimos que preparar nosotros, pero bueno, la cocina del camping estaba muy bien así que nos quedamos agusto igual. Después de varias semanas sin pasar dos noches en el mismo sitio, estos días sirvieron para relajarnos y descansar.

Como adelantamos, Broome es famosa por sus perlas, y el negocio que hay montado alrededor de ellas es enorme. El tercer día, por la mañana, pudimos visitar la tienda de uno de los pioneros de la Perlicultura en la zona, Cygnet Bay, donde aprendimos cosas interesantes sobre las técnicas de cultivo y extracción de esta apreciada joya, sobre cómo diferenciar la calidad y en consecuencia su precio por el tamaño, el color y la viscosidad. Lo que más diferencia estas perlas de las demás en el mundo, es que se cultivan dentro de las ostras más grandes del planeta, por lo que el producto final es de un tamaño considerable.

Para los amantes de las perlas, tenemos que puntualizar que las que se cultivan en Broome son las de color blanco, y su “denominación de origen” sería la del Océano Índico, por lo que, si queréis comprar perlas de Broome, que no os engañen con su procedencia.

Por la tarde, nos fuimos otra vez a Gantheaume Point, donde se pueden ver, cuando hay marea baja, huellas de dinosaurios. Sí sí, DI-NO-SAU-RIOS. Conseguimos ver 3 de las más de 10 que hay en los acantilados que dan a la playa. Básicamente, cuando hace millones de años vivieron aquí los dinosaurios, sus huellas fueron cubiertas por una capa de arena que solidifico y, después de la era glaciar, esa misma capa volvió a despegarse de la roca para que la huella pudiese “revivir” y nosotros humanos pudiéramos admirarlas millones de años después. Increíble. 

La tarde no había terminado, y la razón era muy sencilla: Camellos. Sí, habéis leído bien, hay camellos en Australia, de hecho es el país con más camellos salvajes del mundo, y en Broome hay granjas donde se cuida de ellos y hasta se hacen tours en la playa. Nosotros no quisimos darnos el paseo encima de sus jorobas, pero sí nos hizo gracias verlos cerca del mar y por supuesto les sacamos algunas fotos. Pudimos verlos justo durante la puesta de sol, que lo hacía todo más espectacular.

El cuarto día fue cortito, ya que aprovechamos de una horitas en la playa mientras que a nuestro coche montaran la nueva luna trasera, para luego dirigirnos a una nueva región, la de Pilbara, de las que os contaremos de manera más extendida en un próximo un post. Broome nos ha encantado y solo nos arrepentimos de no haber pasado por aquí mucho antes. Es un pueblo sencillo pero con encanto, con mucha actividad turísitca y por ello lleno de pequeños restaurantes y bares. Cuenta, además, con el cine al aire libre más antiguo del mundo, con una pequeña terraza donde llevar tus propias sillas y disfrutar de una película.

Terminando, tenemos que deciros que no pudimos explorar y quedarnos asombrados por la mítica Gibbs Road, y sus más de 800 km de camino de tierra a través de cascadas y paisajes únicos, la Dampier Península o Cape Leveque. Independiente del tema de Bungle Bungles o de la luna trasera destruida, se necesita un coche 4X4 más robusto y poderoso que nuestro todoterreno, y sobre todo que tenga mucho espacio entre suelo y chasis, ya que los caminos del norte de Kimberley son muy irregulares y llenos de sorpresas.

Gracias por leernos y hasta el próximo post.

Anterior

Road trip: recorriendo Northern Territory

Siguiente

Road trip Australia: Pilbara y Coral Coast

2 comentarios

  1. Carmen

    Increible todo. Pero los camellos por la playa me han encantado!!

  2. M Carmen

    Como siempre que gusto da leeros para formar parte de vuestras aventuras. SOIS AUTÉNTICOS GLOBETROTERS🌎🌍
    Como sé que este post ha sido escrito por Carlo, mi Enhorabuena para ti porque tu español es excelente, y tu maestra buenísima 😚🥰😍😘😘❤
    Can’t Walt the next one😘😘

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Funciona con WordPress & Tema de Anders Norén