Viajando en pareja

Visitar la ciudad de Yangon

Visitar la ciudad de Yangon

Hablar del sudeste asiático es hablar de templos, de playas blancas, selva, monos y comida exótica, pero pocas veces cuando hablamos de esa parte del mundo nos referimos a Myanmar, la antigua Birmania. Este país se está abriendo al turismo poco a poco y conserva prácticamente toda su cultura limpia, sin trazas de turismo y de globalización. Nuestras dos semanas de viaje en Myanmar fueron más que inolvidables, fueron la guinda perfecta para una experiencia de más de cinco meses de viaje continuado. En este post os hablamos de cómo es visitar la ciudad de Yangon

En este post os vamos a contar cómo fue nuestra visita a Yangón, antigua capital de Myanmar, pero antes, algunos datos que necesitamos saber antes de aterrizar en este increíble y sorprendente país.

ANTES DE IR A MYANMAR

VUELOS A MYANMAR

Llegar a Myanmar no es exactamente fácil, ya que sólo cuenta con vuelos directos a los países más próximos como Tailandia, Malasia, China o Bangladesh. Lo mejor sería volar a uno de estos destinos y desde allí tomar un vuelo low cost para aterrizar en Yangon o en Mandalay, las ciudades más grandes del país. 

También se puede pasar en autobús por cinco puntos de sus fronteras, dejando fuera las del norte, donde aún sigue siendo un poco peligroso para los viajeros. Podéis encontrar más información en la página oficial.

VISADO

Necesitamos un visado de turista para poder entrar en el país, el cual se puede pedir online con antelación o a la llegada al aeropuerto. El coste de USD 50 y es válido para 28 días, a partir de ahí, se debe pagar una penalización diaria. Si lo haces online, debes imprimirlo y presentarlo a los oficiales y si lo haces a tu llegada debes llevar ya los USD 50 y dos fotografías de carnet. 

Los billetes deben estar nuevos, no les gustan los billetes que estén un poco viejillos, así que comprobadlo con antelación, que nosotros tuvimos problemas por esto. Un lío tremendo que casi no nos dejan entrar. Porque un billete de 5 USD es un billete de 5 USD esté nuevecito o hecho una pena, pero en Myanmar no. 

MONEDA

A pesar de que les encanten los dólares americanos, tienen su propia moneda, el Kyat Birmano (pronunciado “chat”). 1 EURO = 1500 Kyats (aproximadamente) por lo que es una cuenta relativamente fácil. 

Los precios de todo son bastante baratos, incluyendo alojamiento, comidas y souvenirs. Lo que puede salir un poco más caro son los transportes entre ciudades, pero vamos, muy asequible. Recomendamos cambiar en el aeropuerto y comprobar diferentes sitios de cambio, ya que puede haber bastante diferencia. 

Para hacer los pagos mejor llevar siempre cash encima, ya que en muy pocos establecimientos se puede pagar con tarjeta, incluidos los hoteles. Todo es muy rural y aún no han llegado a ese nivel. 

DOS SEMANAS DE VIAJE EN MYANMAR

LLEGADA A YANGÓN 

Este destino fue muy especial para nosotros por varias razones: porque lo teníamos en nuestra lista desde hace años, porque fue nuestro último país del gran viaje de 5 meses y porque nos acompañó nuestra queridísima amiga Sole, con la que lo pasamos en grande y que nos dio el empuje final para llevarnos un recuerdo maravilloso de esta experiencia, además de doctorarse en fotografía de amor. Gracias Sole por tu energía, tu alegría y tus ganas de explorar. También por aguantarnos y por dejarnos organizar todo. 

Visado para visitar Myanmar

Llegamos los tres al aeropuerto de Yangón a eso de las 9 de la noche procedentes de Bangkok. Sole había hecho su visado de turista online y por lo tanto pasó sin ningún problema por la aduana. Nosotros en cambio lo haríamos en destino. 

Problema 1: las fotos de carnet se habían quedado en Tailandia, bien Marta

Problema 2: nuestros billetes de dólares eran muy viejos y no les gustaban. 

Una señorita acompañó a Marta a las casas de cambio y así pudimos cambiar dinero para poder pagar. Después de mucho hablar y convencerles, nos dejaron hacer el visado sin foto, pero no les hizo mucha gracia. Hay una máquina de hacer fotos instatáneas, pero son 5USD por persona y les dijimos que no teníamos más dinero (….)

Llegar a Yangon desde el aeropuerto

Cuando ya estábamos listos (una hora después), salimos por fin a la terminal, un pequeño edificio con mucha gente esperando. Lo primero que pudimos notar fue que todos llevaban la falda típica del país, el longyi, tanto hombres como mujeres y que era muy tradicionales. Nos miraban como a bichos raros, y eso que estábamos en el aeropuerto. 

Un autobús bastante nuevo pero que chirriaba muchísimo nos llevó desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad, en una carrera que parecía de vida o muerte y con la temperatura de un congelador. Pagamos poquísimo por el trayecto, 500 kyats (0.30 EUR) que hay que llevar justo, porque no dan cambio, y el conductor y el asistente muy amablemente nos indicaron cuál era nuestra parada, que les habíamos indicado con google maps, porque de inglés cero patatero. Empezamos a conocer el agradable carácter que define a este pueblo. 

Nuestro hotel se encontraba a dos pasos de Sule Pagoda, la pagoda más céntrica de la ciudad y que nos dejó maravillados sólo con verla, y eso que era de noche, por su preciosa cúpula dorada. Al llegar a nuestro alojamiento nos acomodaron rápidamente en nuestra habitación, lo que parecía un camarote de barco del año 1960, pero que estaba limpio y las camas eran muy cómodas. 

Visitar la ciudad de Yangon

Visitar la ciudad de Yangon – Sule Pagoda, Mercado de Bogyoke y Shwegadon Pagoda

Yangón, antiguamente llamada Rangún, es la ciudad con más habitantes del país, con más de 4 millones de habitantes. Constituye el centro económico del país, ya que ostentó el título de capital hasta 2006, cuando el gobierno anunció que habían construido una nueva capital, Naypyidaw, y todos los trabajadores públicos, medios de comunicación y otras profesiones tuvieron que mudarse a esta nueva ciudad. 

En la actualidad Yangón sorprende por la planificación de sus calles, en cuadrícula, sus anchas avenidas y un aire a nuevo que está llegando con cientos de expatriados que llegan cada año a establecerse en este país.

SULE PAGODA

Comenzamos nuestra exploración en Sule Pagoda, ya que la teníamos a menos de 100 metros del hotel y ya nos había sorprendido la noche anterior. Pagamos una pequeña tarifa y nos quitamos los zapatos, obligatorio en muchísimos sitios en el país, para visitar esta insigne pagoda en el centro de la ciudad. Las pagodas suelen ser una estupa dorada (de oro de verdad) alrededor de la cual hay altares de Buda de todos los tamaños y colores. Se debe hacer la visita en el sentido de las agujas del reloj. 

Rápidamente un chico se nos acercó y nos explicó todo esto, además de cómo pedirle a Buda nuestros deseos. Debíamos buscar el pequeño altar que correspondiese al día de la semana en el que habíamos nacido y regar a la figura de Buda para después hacer sonar una campana. Hicimos esto durante todo el viaje y no nos quedó claro si entendimos bien o no. Lo de los días de semana no es tan fácil como parece, ya que en la cultura budista hay 8 días, de lunes a viernes y el miércoles está dividido en mañana y tarde, ya que fue el día que nació Buda. A esto había que añadirle la complicación de que estaba escrito en Birmano. 

En este templo comenzamos a comprender a los birmanos, ya que son amables con el extranjero, no piden nada a cambio más que conversación y pasar el rato. Los lugares religiosos son espacios de encuentro y de relajación entres los fieles y dan la bienvenida con los brazos abiertos a todos los curiosos como nosotros. 

Block C Thein Gyi Market

De allí salimos a las calles cuadriculadas de la ciudad y paseamos por la calle 25, pasando la zona judía y llegando al mercado Block C Thein Gyi, un lugar con cientos de tiendas de telas que, literalmente, se te caen encima (y sino que se lo digan a Sole, que se le cayó una montaña de telas encima al pasar por un puesto). Vimos por primera vez longyis de todos los colores, para hombres y para mujeres, y nos enseñaron cómo se ponían correctamente. 

Las mujeres lo atan con unas tiras mientras que los hombres hacen un nudo frontal. Los longyi de mujeres suelen ser coloridos con diferentes estampados mientras que los de los hombres son más sobrios, con motivos de listas y sobre todo de cuadros. 

Shwedagon Pagoda

Sin duda la pagoda más importante de la ciudad, nos animamos a llegar hasta allí caminando, más de tres kilómetros y medio descubriendo la ciudad. Con edificios de colores que prácticamente se caen a pedazos, vendedoras de fruta por las calles y gente escupiendo por doquier. 

La asquerosa costumbre de escupir se debe a que mastican, constantemente, hojas de betel con una tintura roja mezclada con tabaco, como las hojas de coca. Para deshacerse de ellas, echan gapos en cualquier sitio y sin importar si te encuentras en su radio de acción. Así que cuidado viajeros, sobre todo si vas con zapatos abiertos, porque corres el riesgo de pisar varios en tu viaje. Esta mala costumbre les destroza los dientes con el tiempo, que hace que se tiñan de rojo y que se les caigan. 

Antes de llegar a nuestro destino nos encontramos con otra pagoda, y como no teníamos ningún plan específico, decidimos entrar y fisgonear un poco. Después de dejar nuestros zapatos en la entrada, con un hombre muy simpático, caminamos alrededor de Maha Vijaya Pagoda, otro sitio lleno de oro y que nos iba a preparar para nuestra siguiente visita. 

Visitar la ciudad de Yangon: qué esperar en Shwedagon Pagoda

Shwedagon Pagoda es el templo más importante de la ciudad y uno de los más importantes a nivel nacional. Lugar de peregrinaje para los budistas, es visitada por cientos de personas cada día. Su increíble estupa de oro tiene casi de 100 metros de altura y está coronada por miles de diamantes y piedras preciosas, el más grande es un diamante de 72 quilates. 

Se cree que fue construida hace 2500 años, antes de la muerte de Buda en el 480 a.C. 

Leyenda de Shwedagon Pagoda

La leyenda dice que allí se encuentran 8 pelos de Buda, quién se los entregó a dos hermanos con el objetivo de llevar su filosofía hasta Birmania, también se puede encontrar un trozo de tela de su túnica. La paya ha pasado por diferentes estados, desde una original estupa de 18 metros, por terremotos, invasiones, robos y finalmente la recuperación de su esplendor. Tiene cuatro entradas en los cuatro puntos cardinales y la entrada sur está flanqueada por dos Leones gigantes seguidos de unas escaleras donde se pueden encontrar pequeñas tiendas en las que comprar souvenirs típicos. El precio de la entrada para los turistas es de 8000 Kyats (5 euros). 

A su alrededor hay innumerables altares dedicados a buda y diferentes personalidades religiosas del Budismo que te dejan con la boca abierta, por su cantidad, su calidad y la calidad del arte en cada una de ellas. Como decíamos antes, el templo es, además de un lugar de rezo, también un lugar de encuentro entre familias y amistades y pudimos verles pasando el día allí tranquilamente, igual que nosotros. 

Visitar Shwedagon Pagoda al atardecer

Sin duda, el mejor momento para visitarla es el atardecer, cuando la gran estupa de oro adquiere un brillo especial y su silueta se recorta contra el cielo azul mientras va cambiando de color. Verdaderamente se puede sentir una corriente de paz y serenidad allí. 

Fue tan bonito que pensábamos que nos habíamos equivocado viendo este sitio lo primero en nuestro viaje, que no habría nada que pudiese superarlo y que el resto no se pudiese comparar. Afortunadamente, Myanmar es un país maravilloso y cada día iba a más, pero fue un comienzo simplemente mágico. 

Con el subidón de haber visto algo tan impresionante, volvimos hasta el centro caminando y comentado el primer día del viaje en Myanmar, y aún quedaban dos semana. 

Visitar la ciudad de Yangon – Tren circular, la “Disneyland” Pagoda y Night Market

Una de las cosas buenas de Myanmar es que los desayunos suelen estar incluidos en todos los hoteles, pero lo malo es que TODOS los días vas a desayunar lo mismo: huevos, tostadas y café. Nos preparamos rápidamente para hacer una de las actividades que se están convirtiendo en turísticas en la ciudad: el tren circular. 

Esto no consiste más que en subirse a un tren que da una vuelta a la ciudad, aunque en el momento en el que lo hicimos nosotros (diciembre 2019) estaban renovando parte de las vías y por lo tanto no estaba la línea completa. El precio es ridículo, algo así como 0.50 EUR por persona todo el día. Los precios nos tenían perplejos. 

No es un tren turístico, sino un transporte que utilizan los locales a diario, por lo que en el tren viajarás con birmanos, se subirán y bajarán vendedores de todo: fruta, tabaco, betel, snacks… y además se pasa por paisajes llenos de campos de arroz en medio de la ciudad, por la zona más pobre, que se asemeja a pequeña aldeas y podrás intercambiar miradas con curiosos que no entienden muy bien qué haces ahí. 

Cuando decimos que algo es turístico en Myanmar queremos decir que a lo mejor al día se suben 20 personas de fuera del país al tren, ese es el nivel de turismo que hay en estos momentos, así que aprovechad. 

Disneyland pagoda

Obviamente, la pagoda que fuimos a visitar cuando nos bajamos del tren no se llamaba así, pero podría ser su nombre perfectamente, ya que era una oda al budismo más hortera y el recinto era gigante, con tiendas, restaurantes y esculturas por doquier. Sole y Marta iban con los ojos como platos alucinando cada 20 metros. Por cierto, por favor, reajustad vuestro concepto de tiendas y restaurantes cuando vayáis a este país y reducirlo a cuchitriles con la cocina de carbón y opciones limitadas. No queremos crear expectativas inadecuadas. 

Esta pagoda se llama en realidad Meilamu Paya y es muy curioso visitarla, allí sí que seréis los únicos occidentales y todo es sorprendente, desde el cocodrilo gigante con un pequeño altar dentro de su boca, a los budas de todos los colores que te encuentras en cada esquina. Hay varias lugares para comer con vistas al río y también se puede cruzar en barca al monasterio que queda enfrente para hacerle una visita. 

Visitar la ciudad de Yangon

Swe Taw Myat Paya

Bastante cerca se encuentra esta pagoda cuyo nombre significa “Diente de Buda” ya que alberga un diente de buda de hace 2500 años y que se trajo desde China en 1994, cuando se construyó el templo. Con una fachada muy similar a una de las pagodas más importantes de Myanmar, es un lugar en el que no te encuentras a nadie y en la única que no nos dejaron entrar en todo el país por ser extranjeros. Sin embargo, dimos un paseo a su alrededor y aprovechamos para hacer bonitas fotos ya que estábamos completamente solos. 

Para no darnos un paseo tan largo como el día anterior, nos aventuramos a tomar un bus que nos dio una vuelta gigante por la ciudad pero con el que acabamos totalmente perdidos, además de que a Marta un señor le estornudó encima con la consecuencia de llevarse un escupitajo gigante de betel en la espalda y que casi la hace morirse del asco. Menos mal que tenía un pareo para poder tirar la camiseta allí mismo y sentirse un poquito más limpia. 

Night market y 25th Street

Por la noche nos acercamos al Night Market, una serie de puestos de comida junto al río donde se podía encontrar principalmente pescado y pinchitos de marisco con su consabido arroz. Después pasamos por la calle 25, donde hay infinidad de bares que sacan las mesas a la calle y en el que la actividad principal es tomar cervezas mientras se comen pipas y unos frutos llamados longan  mientras se disfruta del ambiente. Este es el lugar en el que más extranjeros vimos. Porque obviamente los bares mueven masas, ya sea en España, Italia o en la Conchinchina. 

Visitar la ciudad Yangon – Bogyoke Market, Buda Reclinado y Parque Katawgyi

Tercer día para visitar la ciudad de Yangon y no bajamos el ritmo. Hay templos y mercados para no aburrir. Tostadas con huevos y café aguado y listos. 

Allá que nos vamos, al mercado más importante de la ciudad, Bogyoke Market, donde se puede encontrar absolutamente de todo: joyas de jade, perlas, cuadros, artesanía de mimbre, longis, túnicas, camisas, fruta, comida… Construido a finales de los años veinte del siglo pasado, se encuentra en el centro de la ciudad, por lo que suele estar muy concurrido. El edificio está incluido en la lista de edificios más importantes de la ciudad elaborada por el gobierno a principios de los años 2000. 

Nosotros picamos comprando algunos souvenirs, como pulseras con jade, la piedra semipreciosa más importante del país o unos longyi para las chicas. 

Pagoda Chauk Htat Gyi – Buda Reclinado

No os podéis visitar la ciudad de Yangon sin ver el Buda reclinado de 68 metros, el más grande del mundo. Tan grande que en la planta de sus pies tiene representados varios aniamles que juegan un importante papel en la historia del budismo. Como curiosidad, las huellas dactilares de los pies son circulares porque se cree que eso da buena suerte. Después de nuestro paso por diversos países donde la religión budista forma parte de la sociedad, como Camboya, comenzábamos a saber un poco más de el nacimiento de Buda, su vida y impacto en el mundo, así que pudimos comprender algunos de los murales que están pintados en los muros interiores del templo. 

A finales de la dictadura que tuvo al país en vilo durante varias décadas, el Buda se encontraba en muy mal estado, pero fue reconstruido gracias a las donaciones de los fieles. En este templo encontramos un par de monjes muy simpáticos que hablaban muy bien español y con los que estuvimos aprendiendo más sobre su religión y sobre el país. Su conocimiento de nuestro idioma se debe a que en Cataluña se encuentro uno de los monasterios budistas más grandes del mundo y era su ilusión poder pasar allí un tiempo, por lo que habían comenzado a estudiar español y no perdían ocasión cada vez que escuchaban a un turista hablar castellano para practicarlo. 

Este es uno de los muchos ejemplos de amabilidad que nos encontramos a los largo de nuestro viaje de dos semanas en Myanmar. Los habitantes hablan contigo por la sencilla razón de la curiosidad, para pasar el tiempo y además aprender algo por el camino, aunque realmente el que más aprende es el propio turista. 

Parque Katawgyi 

Le estábamos cogiendo el gusto a eso de visitar la ciudad de Yangon caminando, por lo que nos aventuramos por sus calles. Así pasamos por zonas más pobres, donde pudimos ver a muchas mujeres limpiando la ropa al más puro estilo tradicional, monjes y monjas de no más de 10 años correteando y jugando por la calle, monasterios perdidos… una auténtica experiencia. Incluso encontramos una representación de la famosa Golden Rock de Birmania, una roca gigantesca que se sostiene a duras penas sobre un acantilado y al que los fieles han ido añadiendo láminas de oro. Este lugar queda a unas 4 horas de Yangón y no entraba en nuestros planes de viaje, pero es sin duda otro emplazamiento digno de visitar. 

Llegamos al Parque  KANTAWGYI al comenzar la tarde, donde dimos un paseo entre sus exóticas plantas, cruzamos los puentes que cubren las tranquilas aguas del lago  KANTAWGYI y miramos embobados cómo varios grupos de jóvenes jugaban al deporte nacional, el Chinlone. Algo así como pases de balón de fútbol en grupos que se colocan en círculos. Increíble la habilidad que tienen en los pies y cómo se lo van pasando sin que se caiga la pelota. Este deporte mueve masas en Myanmar y los ídolos de los jóvenes son sus jugadores. 

Para comer, volvimos al mercado Bogyoke y allí al lado encontramos una cafetería al más puro estilo europeo, O’thentic Brasserie, donde nos tomamos un desayuno a las 5 de la tarde, porque nos apetecía un café bien hecho y Carlo y yo además queríamos salir de la comida asiática por una vez.

Hasta aquí todo lo que os contamos sobre visitar la ciudad de Yangon, en el próximo post os contaremos cómo nos fue en Bagán, el lugar arqueológico más grande del sudeste asiático.

Gracias por leernos, como siempre. Si os gustado el post, dejadnos un comentario y apuntaos con vuestro email para seguir recibiendo novedades.

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2 comentarios

  1. Jesús M

    Que bien explicado y que fotos tan buenas Dan ganas de ir. 👍👍👍👍

    • Gracias! la verdad que es un sitio difícil de explicar, porque aunque las fotos sean bonitas, lo mejore es la experiencia de llegar hasta allí 😀

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