Visitar los templos de Bagan

Después de nuestro recorrido por la antigua capital de Myanmar, Yangón, nos fuimos a visitar los templos de Bagan, en el oeste del país y a 8 horas de viaje. En este post os vamos a contar nuestra experiencia completa en este fantástico lugar.

Llegada a Bagan

Primer viaje nocturno en autobús en Myanmar. Para ello contratamos una compañía, JJ Express, en la zona del estadio de Yangón, justo enfrente de la estación de tren Yangon Central. Allí se pueden encontrar varias opciones. El coste del viaje fue de 17000 Kyats, unos 11 Euros por persona. Aparte del viaje, nos incluyó el desplazamiento hasta la estación de autobuses. La estación esta a está a casi una hora de la ciudad y hay que ir en taxi, ya que no llegan los buses. 

Los asientos reclinables eran bastante cómodos, también te ponen una almohada de esas del cuello y mantas gordas para taparte. Importante porque del clima tropical de fuera, pasas al clima ártico en el interior. Así que a la hora de hacer la maleta y ver que el clima es prácticamente tropical en el país, acordaos de meter algo de abrigo (un polar, una sudadera…) para los viajes. El conductor era un piloto de F1 frustrado y nosotros sus conejillos de indias. Marta no pudo dormir en todo el viaje imaginando como caeríamos al vacío en una de las miles de curvas del camino. Un infierno. 

Llegada: taxi y alojamiento

Al llegar a nuestro destino, sin haber caído por ninguna curva afortunadamente, negociamos duramente el precio del taxi hasta el hotel. Nos pedían muchísimo dinero y nosotros ya sabíamos que es un sitio más turístico ya que todos los turistas que van al país van a visitar los templos de Bagán. Finalmente conseguimos un buen hombre que claudicó y aceptó el precio que le ofrecíamos, más que nada porque éramos los últimos del autobús y sino se quedaba sin cobrar esa noche. 

Nuestro hotel se encontraba en new Bagán, era el View Point Guest House situado en la zona más nueva de Bagán. Era una casa gigante con habitaciones por todos los sitios. No tendrían nuestra habitación lista hasta al menos las 10 de la mañana, así que la señora, que se había levantado a las 5 de la mañana para atendernos, nos animó a alquilar una e-bike. Una moto eléctrica, que no bicicleta eléctrica. Así podríamos comenzar a disfrutar de la maravilla arqueológica de Bagán desde el minuto uno.

No lo dudamos ni un instante, y 15 minutos después ya teníamos dos motos para perdernos entre los templos. 

Un poco de práctica primero con las motos. Sole hacía mucho que no cogía una moto y ninguno habíamos usado nunca una eléctrica. 10 minutos después estábamos listos para ver el amanecer en uno de los sitios más emblemáticos del sudeste asiático

Visitar los templos de Bagan
amanecer en Bagan

Visitar los templos de Bagan

Bagan es uno de los sitios arqueológicos más importantes del mundo. Este lugar cuenta con más de 4000 templos en sus 40 km2.

Algunos muy bien conservados y enormes, otros que se caen a pedazos y otros simplemente tan pequeños que a ojos de un turista no se consideran templos. Para poder merodear por allí es necesario pagar un ticket, cuya compra es un poco extraña en cuanto a método se refiere. Os contamos.

Comprar el ticket de Bagan en Myanmar

De camino al hotel, el taxi paró junto a un control de policía. Ellos son los encargados de hacer pagar al turista el precio de la entrada necesaria para visitar los templos de Bagan. Más o menos a las 5 de la mañana, con la legaña en el ojo y sin saber muy bien qué está pasando, te piden que les pagues 25000 kyats (15 euros) por persona. Afortunadamente, íbamos informados y sabíamos que esto podía pasar, pero conocemos a gente que pensaba que era todo mentira y decidió pagarlo más adelante.

Aunque sea un poco raro, la verdad que es bastante cómodo, ya que no tienes que desplazarte a ningún centro de información ni perder el tiempo. Allí mismo te hacen una foto (sí, una foto con esas pintas) e imprimen tu ticket con un código QR. Te avisan de que le hagas una foto con tu móvil para así llevarlo siempre encima. De este modo, cuando encuentres a las patrullas de control, puedas enseñarlo, que ya se saben todas las tretas. Si no tienes, te piden tu dirección del hotel y después te van a buscar. Esto es real. El ticket es válido para tres días completos consecutivos. 

Historia de Bagan

Vamos con un poquito de historia para ponernos en situación. Ésta fue la antigua capital de Birmania, allá por el año 1000 – 1300 d. C. Cuando Marco Polo hizo su viaje a oriente, volvió maravillado por este increíble lugar, del que dijo que “relucía como el fuego”. No es para menos, ya que muchas de sus estupas y figuras de Buda están cubiertas por el preciado metal dorado y además relucen bajo el sol de la meseta. 

El emplazamiento de la ciudad se decidió debido a la proximidad con el río Irrawaddy, el más largo del país con 2200km y que hacía de frontera natural frente a los enemigos. Alrededor del año 1040, el rey Anawrahta comenzó a interesarse por la religión Budista, practicada por la etnia Mon en el norte del país. El rey Anawrahta le pidió al Rey Mon ayuda para poder instaurar esa religión en su propio país, ante la negativa de éste, decidió atacar a su pueblo y así fue, por la fuerza, como llegó el budismo hasta Bagán. 

Desde entonces, miles de pagodas de diferentes estilos y tamaños se construyeron durante al menos 300 años, plagando el paisaje de bellas obras de arte. Gracias a la increíble labor de los arqueólogos, cada año se están abriendo nuevas pagodas al público. 

Visitar los templos de Bagan: el amanecer

La señora del hotel muy amablemente nos había dado un mapa y nos había indicado un buen lugar para poder ver el amanecer. Si estáis preparando visitar los templos de Bagan, seguro que leeréis muchísima información contradictoria y mil nombres de templos que más que ayudar, lo único que hará será confundiros más y más. Así que nosotros decidimos preguntar y dejarnos guiar por los lugareños. Nos aconsejaron un punto que ya está marcado en google maps como “sunrise hill Bagán” y en el que no había mucha gente. 

Cuando llegamos ya estaba el cielo coloreado de dorado y la silueta de los templos se podía ver haciendo perfecto contraste con el horizonte. La mejor forma de ver amanecer en Bagán es, sin duda, desde un globo aerostático, pero sus prohibitivos precios para tres mochileros como nosotros nos lo impidieron. Más de 50 globos vuelan cada día de la temporada seca en los cielos de Bagán, al precio de unos 180 Euros por persona por 45 min de trayecto.

Otro lugar en el que poder ver el amanecer es Bagán Tower, un monstruoso edificio que poco pinta en este antiguo paraje que abrió en 2005. Dentro se puede encontrar un restaurante en la novena planta con unas vistas de 360º y además, en la parte más alta, hay un mirador al que se puede acceder previo pago de 6500 kyats y, según nos ha comentado, está abarrotado de gente (sobre todo turistas chinos) cada día. 

Para nuestro segundo amanecer nos planteamos ir hasta allí, pero lo mejor de Bagan es la poca masificación que hay, así que nos lo replanteamos y decidimos ir a verlo desde una pequeña colina cercana al templo Pyathetgyi Pagoda, esta vez sí, más abrigados.

A pesar de que el amanecer en Bagan es precioso, nosotros creemos que los hemos visto más bonitos. Las autoridades están muy pendientes de los viajeros y evitan que se suban a templos (una práctica muy común) y por lo tanto las vistas son más limitadas desde una simple colina. Aún así, desde luego que si vais a visitar los templos de Bagán en vuestro viaje a Myanmar, es algo que debéis hacer 100%. 

Felices de haber encontrado un punto desde el que ver el amanecer, nos quedamos congelados ya que la temperatura en diciembre es la más fría de todo el año y no estábamos preparados. Para entrar en calor nos tomamos un café y unas tostadas en un café de la zona mientras esperábamos que nuestra habitación estuviese lista para poder darnos una ducha y descansar un poco 

Qué templos visitar en Bagan

Elegir entre más de 4000 templos no es fácil, sobre todo cuando están dispersos en un espacio tan grande y las carreteras o caminos no están en muy buenas condiciones. Hay que tener en cuenta que muchísimas de estas pagodas son pequeños templos que dejas a los lados de la carretera mientras conduces tu silenciosa e-bike. 

Nosotros os dejamos algunos de los templos que más nos gustaron en nuestros dos días de visita por el espacio arqueológico de Bagán. Sin embargo, lo mejor es perderse por los caminos y descubrirlos sin presión. En unos haréis una visita de una hora mientras que otros en cinco minutos los habréis visto. Cuidado con los caminos de tierra, ya que la motos patinan y hay que ir a la velocidad justa para no caerse pero también para no pararse. 

Templos que visitar en Bagan

Templo Dhammayangyi

el más grande de Bagán, construido en piedra roja y desprovisto de casi todos sus adornos originales. Dentro se pueden encontrar varios budas gigantes.

Ananda Temple

Un templo blanco terminadoen una punta dorada que se ve desde lejos y que es uno de los más visitados debido a su increíble estética. Dentro se pueden encontrar cuatro grandes budas, cada uno mirando a un punto cardinal. Es uno de los pocos templos con estatuas, ya sea porque han desaparecido (robado más bien) o porque en algunos no se incluían para así tener más espacio para el rezo y la concentración.

Shwesandaw Pagoda

Es la pagoda más alta de Bagán. Está construida con varias “terrazas” a las que se podía acceder por las escaleras. Este es el tipo de templo al que se subían los turistas antes para ver el amanecer y el atardecer. Se dice que conserva la reliquia de varios pelos de Buda.

Pagoda Mingalazedi

Es uno de los pocos templos de Bagan que conserva sus azulejos, en los que está representado un cuento que explica cómo llegar al tan famoso y esperado Nirvana, el proceso de iluminación y que termina en una muerte sin reencarnación. El objetivo de todo budista.

Templo Bulethi

No suele aparecer en los listados de los templos de Bagan, pero a nosotros nos gustó porque no había nadie y es bellísimo. Además, muy cerca se puede encontrar una pequeña colina desde la que ver el atardecer sin que nadie te moleste. 

Htilominlo Temple

Uno de los templos que más nos gustó, no tiene nada de especial con respecto al resto, pero el ambiente a su alrededor hay varios puestos de souvenirs y pasamos por allí para llevaros un recuerdo. Pudimos hablar con varios birmanos sobre el más y el menos y fue ese ambiente distendido lo que nos enamoró. 

Otros templos

Podríamos hacer un listado casi infinito de todas las pagodas que visitamos, y cada una tuvo algo de especial. En uno eran los budas del interior, en otro el “guarda”, lugareños que se quedan en los alrededores del templo y que atienden a los turistas contando pequeñas historias a cambio de ofrecer sus cuadros y tallas de madera, en otro la increíble arquitectura exterior, el mercado en el de más allá… Cuando decimos que todos tienen su encanto es la verdad pura y dura. 

Algunos otros por los que pasamos fueron: Maha Bodhi Paya, Mingalar Sedi Pagoda, Law Ka Ou Shaung, Pyathetgyi Pagoda, Tha Beik Hmauk Gu Hpaya, etc. 

Mientras callejeábamos con nuestras motos eléctricas, también descubrimos varios mercados de la zona y restaurantes. Para comer, os recomendamos San Thi Dar, donde nos comimos una de las mejores ensaladas de aguacate del viaje. 

Atardecer en Bagan

Por supuesto, no solo el amanecer es bonito en Bagán, sino también el atardecer. Cuando la temperatura comienza a bajar y llega la “golden hour” se nota entre los turistas ya que todos comienzan a buscar un bonito sitio al que “subirse” y disfrutar del espectáculo. Desde que la UNESCO declarara patrimonio de la Humanidad este complejo arqueológico en Julio de 2019, las medidas para evitar esta práctica tan poco respetuosa con los edificios se han endurecido mucho, cercando templos, poniendo patrullas de vigilancia y declarando zonas cerradas. 

En nuestra particular búsqueda de un lugar especial en el que ver nuestro primer atardecer llegamos a uno de los templos marcados en google maps como “sunset temple”, para descubrir que era uno de esos con un cercado alrededor. Un chico bastante avispado que estaba por allí nos dijo que él nos podía llevar a uno que sabía que se podía escalar. Suponíamos que no iba a ser gratis y le dijimos que no teníamos nada de dinero (totalmente cierto), pero nos respondió que lo que quería a cambio era que le echaremos un ojo a sus pinturas y a lo mejor comprar una. 

Después de mucho dudar y notando que el sol bajaba inexorablemente, nos decidimos a seguir a este chico. Con la moto a toda máquina, nos llevó por un sendero sin marcar hasta unas pequeñas casas de madera. Nos hizo aparcar las motos y allí recogió una escalera de mano. Con la escalera al hombro atravesamos un campo de unos 500 metros y nos aproximamos a un pequeño templo. Ni corto ni perezoso, apoyó la escalera y nos animó a subir. Eso sí, descalzos por favor. Que si subes descalzo entonces es como si no hicieras nada malo. 

Sole fue la primera en animarse, no sin cierto miedo, puesto que estaba a unos 5 metros de altura, con piedras que se caían a pedazos y plantas creciendo entre los muros. Cuál fue su mala suerte que al apoyarse contra un pequeño minarete, éste casi se cae al vacío y la pobre se vio caer de morros y se llevó un susto de muerte. Menos mal que tuvo reflejos, pero las piernas le temblaron durante la siguiente hora y casi no pudo disfrutar del precioso atardecer del que fuimos espectadores. 

Puede que no fuera un templo muy alto, pero no teníamos nada que nos tapase la vista y la historia de cómo habíamos llegado hasta allí fue además bastante especial. 

Para el segundo atardecer decidimos no arriesgar y lo vimos en una pequeña colina, donde nos sentamos tranquilamente, con un coco recién abierto y la tranquilidad de saber que no íbamos a romper ningún templo.

Las pinturas de Bagan 

Las pinturas, que ya las hemos mencionado dos veces, son un tipo de arte muy especial que sólo se hace allí. Con arena del río juntan pigmentos y hacen una capa de cola y arena en una tela de algodón. Sobre la arena ya compacta, dibujan motivos basados en los azulejos internos de los miles de templos de Bagán. A nosotros nos encantó y de hecho nos trajimos una pieza cada uno para poder colgarla en nuestra pared y recordar el viaje. Lo mejor de todo es que se pueden doblar sin problemas, lavar (a mano) e incluso planchar. Muy práctico para viajeros, y esto lo sabemos bien ya que arrastrabamos varias pinturas desde nuestro Road Trip en Australia que acabaron siendo un engorro en cuanto a equipaje. 

Bagan o Angkor Wat

En menos de dos semanas visitamos los templos de Angkor Wat (podéis ver nuestro viaje a Camboaya aquí) y los templos de Bagán, los dos espacios arqueológicos más importantes del sudeste asiático. Los dos son especiales y muy diferentes entre sí, también los fueron nuestras visitas, por lo que a las personas que nos preguntan que cuál nos gustó más, les decimos que no podemos elegir.

En Camboya lo hicimos con un tour guiado, que nos explicó hasta el mínimo detalle y con el que aprendimos toda la historia, pero tuvimos poco tiempo para disfrutar de cada templo. Mientras que en Myanmar lo hicimos a nuestro aire, sin presiones de tiempo porque no había que seguir un plan, por lo que merodeamos por cada templo a nuestro gusto, sin embargo nos faltó un poco de información en cada uno. 

Lo que está claro es que este lugar es una joya que no os podéis perder en vuestro viaje a Myanmar y que entra perfectamente en una estancia de una o dos semanas. Es fácil de llegar, barato y contemplar todos los templos en el horizonte te deja sin palabras. 

Monte Popa

Otro de los sitios que se suelen visitar cuando se llega a Bagán es el monte Popa, famoso por sus 777 escalones para subir hasta su cima, se encuentra a una hora y media en coche desde Bagán. Para poder visitarlo es necesario ir en un transporte privado, ya sea un taxi o una furgoneta. También puedes intentarlo haciendo autostop, ya que es una carretera bastante traficada, pero tendrás competencia, ya que el camino está lleno de peregrinos al templo.

Nosotros lo organizamos con nuestro alojamiento, donde tenían contacto con varias personas que te llevan para una excursión de medio día. 13500 kyats por persona, unos 8 euros. El monte Popa es un antiguo volcán extinto a 50 km de Bagán, y donde está situado uno de los monasterios más importantes con la imagen de los 37 nats, algo así como los santos del budismo. Más o menos.

Entrar en el monasterio del Monte Popa es gratuito. Lo único que vas a gastar es energía de tus piernas, prepárate para los escalones… y para los monos. Está lleno de monos de todos los tamaños que pueden ponerse un poco agresivos con los visitantes. Tanto extranjeros como birmanos, ya que es un lugar de peregrinación. Hay bastantes lugareños que se encargan de mantenerlos a raya para que no molesten. 

Los monos campan a sus anchas y por lo tanto, comen y cagan a sus anchas, así que cuidado. Recordad que en Myanmar vais a ir casi siempre descalzos, así que subid poco a poco. 

La verdad que el interior del monasterio es un poco decepcionante, las figuras de los Nats son increíblemente horteras, con vestidos que parecen sacados de los carnavales de los años 80 y las pequeñas salas con los budas están llenas de luces de todos los colores a modo de adorno. 

Lo mejor de ir al monte al Popa no es el mismo monasterio, sino el camino en sí y la experiencia de ver a todos los Birmanos en peregrinaje. Nos resultó impactante ver miles de personas en la carretera, caminando, descansando a la sombra de un árbol y pidiendo algo de comer. En un cierto momento, el camión que iba delante de nosotros comenzó a soltar papeles y las personas corrían hacia ellos. No nos lo podíamos creer, pero estaban tirando dinero. Es verdad que los billetes son poco valiosos, de 20-30 o 50 céntimos de Euro, pero no por ello fue menos impactante. En cierto momento nuestro conductor paró y le ofreció agua a algunos de los peregrinos y también les entregó dinero. Esto da una idea de la generosidad de los habitantes de Myanmar. 

El monte Popa fue nuestra última visita en la zona de Bagan. Teníamos billetes de autobús para pasar otra noche terrorífica de camino a Kalaw, pero antes nos tomamos unas cervezas en un chiringuito para despedirnos del lugar.

Recomendamos a todos los viajeros pasar varios días en este lugar, visitar los templos de Bagan con calma, comprendiendo la historia de este país, empapándoos de cultura, de ensalada de aguacate y de sonrisas y generosidad.

Nuestra próxima aventura sería hacer el trekking de tres días al Lago Inle, así que estad atentos a los nuevos post que actualizamos cada semana.

Como siempre, muchas gracias por leernos. Si os ha gustado el post y os ha sido útil a la hora de organizar vuestra visita a Bagan, nos podéis dejar un comentario y suscribiros para recibir novedades.