¡Hola viajeros! Hoy os traemos un post perfecto para este verano poder practicar el turismo de cercanía en España. Hemos escrito sobre decenas de lugares que están a miles de kilómetros de nuestras casas. Por eso queríamos dedicar parte de nuestro tiempo y nuestro espacio a Salamanca. Hoy os contamos cómo pasar un fin de semana en Salamanca. Según Marta, la más bonita del mundo. Pero claro, ella no es nada objetiva. 

Un fin de semana en Salamanca: un poco de historia

Durante la época romana, la ciudad formaba parte de la calzada romana que iba desde Mérida a Astorga, para lo cual se construyó el puente romano que cruzaba el río Tormes y que aún se conserva. Durante la conquista de los musulmanes, quedó en tierra de nadie, como una zona fronteriza, y fue destruida varias veces. 

No fue hasta el siglo XI que Alfonso VI quiso repoblar la ciudad y para ello trajo numerosas gentes: serranos, francos, judíos, mozárabes, etc. Además, dotó a la catedral de grandes rentas para que la repoblación fuese más rápida y atrajese a nuevos habitantes. 

Sin embargo, el gran impulso de la ciudad fue la Universidad de Salamanca. Con más de 800 años de historia, esta universidad es una de las más antiguas del mundo, coetánea de las Universidades de Oxford y París. Fundada en 1218 y ratificada por el papa en 1255, atrajo a miles de estudiantes cada año. Gracias a su fundación, muchos religiosos buscaban la búsqueda de la cultura en las calles de la ciudad salmantina y sus órdenes se establecieron aquí. 

Ya en el último siglo, Franco estableció Salamanca como su cuartel general durante los primeros meses de la campaña de la guerra civil. La ciudad se llenó de militares, espías y familias que apoyaban la causa nacional. 

En 1988 alcanzó el título de ciudad Patrimonio de la Humanidad, gracias al precioso casco histórico que se conserva. Gracias a ello se pudieron reformar y restaurar numerosos edificios y obras de arte repartidas por la ciudad. El último gran impulso que tuvo la ciudad fue en 2002, cuando fue Ciudad de la Cultura Europea junto con Brujas y cuando se dio definitivamente a conocer. 

Los imprescindibles para un fin de semana en Salamanca

Salamanca es una ciudad perfecta para pasar un fin de semana, ya que su casco histórico es relativamente pequeño. Sin embargo, que no os engañe el tamaño, ya que son numerosos los lugares en los que el turista puede adentrarse para conocer más profundamente su historia, su cultura y su arte. 

Hoy os dejamos los más imprescindibles, aunque ampliaremos información para los más curiosos con algunos lugares un poco más escondidos. 

La Plaza Mayor

La joya de la corona de Salamanca es su Plaza Mayor. Los salmantinos estamos orgullosos de esta obra de arte y eso se nota en nuestras costumbres. Es normal pasar la tarde tomando un café en una de sus terrazas, escuchar a la tuna tocar y cantar de mesa en mesa, o simplemente sentarse en el centro a tomar un bocadillo con los amigos. 

Es el lugar de reunión y punto de encuentro de los ciudadanos, además de ser el edificio más fotografiado de la ciudad. Construida en piedra de Villamayor, como la mayoría de los edificios de la ciudad, está formada por cuatro lados desiguales. Construida entre los años 1729 y 1756, siendo obra de Alberto Churriguera. Este arquitecto, junto con sus hermanos Joaquín y José fueron importantes artistas durante el siglo XVIII y muchas de sus obras se pueden encontrar en diferentes edificios de la ciudad. Los Churriguera definieron el estilo plateresco que se puede observar por toda la ciudad. 

Los arcos de la plaza mayor están decorados con medallones que se han ido tallando con el tiempo, con el rostro de personas importantes de la historia de nuestro país, como los Reyes Católicos, Santa Teresa de Jesús o Miguel de Cervantes. Hasta el año 2017 también estaba un medallón con el rostro de Franco, pero fue retirado debido a la ley de la memoria histórica. 

Visitar la Plaza Mayor de Salamanca

Obviamente su visita es gratuita, excepto si quieres consumir algo en cualquier terraza, algo que recomendamos muchísimo. Algunos de los lugares que puedes encontrar para comer o tomar un café son:

Café Novelty: este lugar sería lo que el café Gijón en Madrid, ya que allí se llevaban a cabo tertulias literarias con algunos de los mejores escritores del panorama nacional. En una de sus mesas podréis encontrar una escultura del escritor Gonzalo Torrente Ballester, natural de Salamanca y fallecido en el año 1999. 

Mesón Cervantes: otro de los lugares más típicos donde tomar algo. Es un restaurante “de batalla”, con platos combinados y productos de la zona. Su peculiaridad consiste en que sus paredes están repletas de artículos antiguos. Se pueden encontrar: azadas, rastrillos, jarrones, etc. Tiene terraza y parte de arriba, donde algunas mesas disfrutan de una preciosa vista a la plaza mayor. 

Las Catedrales

La ciudad de Salamanca tiene dos catedrales, ya que en el momento de construir la que se denomina “Catedral Nueva” no tiraron la “Catedral Vieja” para que los ciudadanos pudiesen seguir atendiendo al culto sin problemas. Ambas catedrales comparten una de sus paredes, puesto que la nueva está apoyada en la vieja. 

Paseando por la Calle la Rúa desde la Plaza Mayor llegaréis hasta la Plaza de Anaya, donde la espectacular vista de la Catedral Nueva os recibirá rodeada de los preciosos palacios que conforman esta plaza, ahora parte de la Universidad Pública de Salamanca y sede de la facultad de Filología. 

La Catedral Vieja

Su nombre real es Catedral de Santa María, aunque no creemos que ningún Salmantino lo sepa con certeza. 

Su construcción comenzó en el Siglo XII y sus obras se alargaron hasta principios del siglo XVI. El estilo artístico predominante es el románico pero también tiene partes góticas. Lo más impresionante de su estructura es la preciosa bóveda de cañón que sostiene el techo. 

Lo más importante de este edificio es el cimborrio exterior, una de las piezas románicas más importantes de España. Conocida comúnmente como la Torre del Gallo, ya que en su punta hay una veleta con la forma de este animal. En su interior tiene forma de gajo de naranja, con 16 nervios. También en el interior se puede apreciar un precioso retablo en el altar mayor, el cual representa la vida de la Virgen María y de Jesucristo. El retablo está presidido por la Virgen de la Vega, patrona de la ciudad. 

La Catedral Nueva 

La Catedral de la Asunción de la Virgen es el nombre real de la Catedral Nueva de Salamanca, visita imprescindible en vuestro fin de semana en la ciudad. No solo su interior merece la pena, sino que el exterior está lleno de símbolos e incluso alguna broma de los escultores. 

El interior tiene forma de cruz latina. Es la segunda catedral más grande del país, solo superada por la catedral de Sevilla. Más de 200 años fueron necesarios para poder terminarla, ya que durante gran parte del Siglo XVIII las obras estuvieron totalmente paradas. 

En el año 1755 sufrió el efecto del devastador terremoto de Lisboa, viéndose afectada su gran torre, ya que quedó inclinada y se pensó en destruirla. Finalmente se reforzó la estructura y cada año un ciudadano subía a comprobar si la torre se había inclinado más en el aniversario del terremoto, el 31 de Octubre. Esta tradición se mantiene con “El Mariquelo”, un salmantino que escala la torre vestido de “charro” a la vez que toca la flauta y el tambor cada aniversario. Un auténtico espectáculo. 

Catedral nueva de Salamanca

En cuanto al exterior, la piedra de Villamayor está bellamente tallada con todo tipo de adornos. Desde estatuas de santos a imágenes de la vida de Jesús. Durante la ocupación francesa en la época de Napoleón, muchas de las figuras fueron robadas por el ejército francés y por ello hay muchos huecos en la fachada. 

La Catedral Nueva tuvo un proceso de restauración en la fachada que da a la Plaza de Anaya en 1993. Durante este proceso, el restaurador incorporó, como es tradición, un detalle contemporáneo: un astronauta. Os invitamos a buscarlo cuando vayáis a visitarla. También hay un dragón comiéndose un helado de tres bolas. 

Visitar las  Catedrales de Salamanca

Es posible visitar el interior de las catedrales en el horario de culto los domingos, aunque por supuesto hay que respetar la misa. 

También se puede entrar comprando una entrada conjunta para ambos edificios, tenéis toda la información de precios y horarios aquí, ya que cambian de vez en cuando. 

Nuestra recomendación es hacer la visita “Ierónimus” la cual te lleva a la parte alta de la Catedral Nueva y desde donde se tienen unas vistas maravillosas de la ciudad, además de poder ver la Torre del Gallo desde cerca. El precio es de 4€ por persona y merece muchísimo la pena, sobre todo por la noche, cuando los edificios más importantes están iluminados. Aquí tenéis la información de esta increíble visita. 

Casa de las Conchas 

Este antiguo palacio situado en la esquina de la Calle la Rúa y la Calle Compañía es uno de los antiguos palacios más famosos de la ciudad. Llamada así por las 300 conchas que adornan su fachada, está rodeada de historias y leyendas. 

Se construyó como palacio por la familia Maldonado entre los años 1493 y 1517, para lo que Rodrigo Maldonado tuvo que negociar la compra de dos antiguas casas que se erigían allí mismo. El palacio estuvo ocupado como residencia familiar hasta principios del Siglo XX. Después fue el colegio Menéndez Pelayo y ahora es una biblioteca pública. 

No se sabe a ciencia cierta el por qué de las conchas, pero se cree que fue un acto de amor de Rodrigo Maldonado a su mujer, Juana Pimentel, ya que en el escudo de su familia había una concha. 

La leyenda más conocida sobre este edificio es que debajo de una de las conchas se esconde un tesoro: las joyas de la familia Maldonado. Se dice que hay un documento en el que se especifica el valor de las mismas. Si alguien está dispuesto a encontrarlas deberá entregar una fianza por el mismo valor. Si las encuentra, se le devuelve el dinero y se puede quedar con las joyas, si no, lo pierde todo. Quién sabe, a lo mejor os hacéis ricos pasando un fin de semana en Salamanca.

Visitar la Casa de las Conchas 

Aunque lo más famoso de este edificio es su exterior, entrar en su patio es gratuito y solo te llevará unos minutos, por lo que se puede hacer sin problema un fin de semana que paséis en Salamanca. El patio interior tiene dos alturas y desde allí hay una vista magnífica de la preciosa iglesia de La Clerecía 

La Clerecía 

Cuando algunos turistas llegan a Salamanca y ven esta preciosa Iglesia, creen que es la Catedral, debido a su considerable tamaño y su belleza. Pertenece a un conjunto de edificios que conformaron el Colegio Real de la Compañía de Jesús hasta que la orden de los jesuitas fue expulsada de España acusados de organizar un motín contra el Rey Carlos III.

Su construcción duró 150 años y por lo tanto pasaron muchos arquitectos por su obra. Sus torres están basadas en lo que fue el proyecto inicial de la fachada del ayuntamiento en la Plaza Mayor, donde se deberían haber incluido dos torres pero no fue posible debido al peso. El modelo se aprovechó para finalizar la espectacular fachada de la Iglesia conocida como La Clerecía 

Actualmente estos edificios son las sede la Universidad Pontificia de Salamanca, la universidad privada de la ciudad. 

Visitar La Clerecía

Si lo que queréis es echar un vistazo rápido sin molestar, podéis ir en horario de misa. Por nuestra parte recomendamos hacer una visita guiada ya que es una iglesia muy bonita y tiene bastante arte en su interior.

Hace unos años se abrió, aparte de las visitas al interior del templo, las visitas a Scala Coeli, la parte más alta del edificio, desde donde se puede admirar casi toda la ciudad, ya que la iglesia está construida en uno de los puntos más altos del centro histórico de Salamanca. Una buena idea sería hacer esta visita en los horarios de tarde al caer el sol, mientras la ciudad se ilumina poco a poco. El precio completo de la visita es de 6€ por persona. Para nosotros, es uno de los mejores planes en un fin de semana en Salamanca.

La Universidad de Salamanca

Como ya hemos mencionado antes, la Universidad de Salamanca es una de las más antiguas del mundo. En 2018 cumplió 800 años y la ciudad se llenó de eventos culturales para celebrarlo. Por lo que es un imprescindible en un fin de semana en Salamanca.

Hace cientos de años, miles de personas llegaban para ampliar sus conocimientos y en busca de la verdad, desde laicos a religiosos. El ambiente no ha cambiado mucho, ya que Salamanca recibe más de 20.000 estudiantes cada año y es uno de los destinos favoritos del programa europeo Erasmus. Durante los años 70 del siglo XX, la universidad de Salamanca creó un programa de estudios de español en verano que ganaron mucha popularidad y que hizo conocida la universidad en otros países. 

La Fachada de la Universidad 

El edificio principal de la Universidad de Salamanca es el de las Escuelas Mayores, donde se sitúa lo que se conoce como “Fachada de la Universidad”. Cuando estéis frente a ella, comprenderéis el por qué. Hay tantos elementos en en este edificio, que resulta muy difícil encontrarlos todos. La obra del edificio fue impulsada por el Papa Benedicto XIII, al que se llamó Papa Luna o antipapa. 

Se la considera la obra más importante del plateresco español gracias a la cantidad de adornos que tiene. Se puede observar el escudo de los Reyes Católicos, del emperador Carlos V o figuras de algunos emperadores de Roma como Trajano o Marco Aurelio, quienes fueron fuente de inspiración para Carlos V.

El elemento más popular, sin embargo, es una pequeña rana que se sitúa sobre uno de los cráneos. La leyenda dice que si la encuentras sin ayuda, tendrás suerte en los estudios. No vale hacer trampas. Si os fijáis en las tiendas de recuerdos, la rana se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad. 

Visitar la Universidad

Para admirar la fachada solo debéis andar menos de 100 m desde la Catedral, ya que se encuentra en una de las calles paralelas, la calle Libreros. Si queréis encontrar la rana, armaos de paciencia ya que reconocemos que no es fácil. No os olvidéis echarle un vistazo a la plaza en la que está situada. Allí se encuentran también el Museo de Salamanca, el Patio de Escuelas y la sede del rectorado de la Universidad. En el medio, una figura de Francisco de Vitoria, fraile dominico y catedrático de derecho internacional y de economía en el Siglo XVI. 

Para los más curiosos, también es posible entrar en el interior. El precio es de 10€ por persona más 2€ de audioguía. En el interior se puede admirar su increíble biblioteca tras una preciosa reja, donde hay más de 40000 volúmenes anteriores al Siglo XIX. Otros de los espacios a visitar son la capilla, donde se celebran bodas, aunque es necesario haber estudiado en la Universidad, o antiguas aulas. 

Puente Romano 

Por último, hoy os hablamos del Puente Romano. Hemos mencionado que Salamanca estaba en la antigua calzada romana que unía Mérida y Astorga, por lo que los romanos construyeron este puente en el río Tormes para atravesarlo sin problema. 

A día de hoy su estado es excelente, aunque ha sido reparado varias veces y no todos los arcos son de la época romana. La mayor destrucción la sufrió tras una riada en el Siglo XVI que se llevó por delante la mitad de la construcción. En uno de sus extremos se encuentra la popular figura de un toro de piedra. Tanto el puente como el toro forman parte del escudo de la ciudad, lo que da a entender la importancia que le daban los ciudadanos hace cientos de años. 

Este mismo toro aparece en la famosa y anónima obra literaria El Lazarillo de Tormes, la que se considera la obra precursora de la picaresca española gracias al tono irónico que usa su escritor, quien sigue siendo un misterio. 

Visitar el Puente Romano 

Un corto paseo desde las catedrales te lleva hasta la zona más baja y extramuros de la ciudad, donde encontrarás el puente a los pies del río Tormes. Ahora mismo a esta zona se la denomina Salas Bajas y está habilitada para hacer deporte, pasear, pasar un día en el campo… Creemos que merece la pena acercarse hasta allí, ya que tiene una de las vistas más bonitas de la ciudad. 

Hasta aquí nuestras primeras recomendaciones para pasar un fin de semana en Salamanca. Decimos primeras porque no hemos hecho más que empezar. Para Marta, a pesar de haber visitado decenas de ciudades por el mundo, sigue siendo las más bonita en la que ha estado nunca y, teniendo en cuenta que la conocemos muy bien, prepararemos nueva información próximamente para contaros rincones ocultos, leyendas e historias, o dónde ir a comer en vuestra visita a la ciudad de Salamanca en un fin de semana. 

Solo una recomendación más. Salamanca es bonita de día, pero de noche es mágica. Su iluminación hace que la piedra brille y el ambiente cada día del año te obliga a estar en la calle todo el tiempo. No hay nada más bonito que sentarse en la Plaza Mayor al atardecer y esperar a que se enciendan las luces, momento en el que se puede escuchar ¡oohhhhhh! proveniente de cualquier persona que esté en ese momento allí. Sea salmantino o no. Porque nosotros también nos seguimos sorprendiendo cada vez.

Muchas gracias por vuestra lectura y hasta la semana que viene

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